domingo, 23 de septiembre de 2007

¿Es la conciencia fonológica clave para el proceso de aprendizaje de la lectura y escritura?

¿Es la conciencia fonológica clave para el proceso de aprendizaje de la lectura y escritura?

Algunos autores plantean esta frase como una afirmación, otros la refutan aduciendo que el aprendizaje de la lectura y escritura son el pie inicial para desarrollar la conciencia fonológica. Según el doctor Luis Bravo Valdivieso, “La conciencia fonológica de los niños preescolares y escolares básicos se da como una Zona de Desarrollo Próximo (definida por Vigotsky “como la distancia que hay entre el nivel de desarrollo real de los niños y su desarrollo potencial, bajo la guía de un adulto” (Wertsch, 1988).)Para el aprendizaje convencional de la lectura” (Bravo, ¿?).

Para que esta zona de desarrollo próximo sea efectiva y el adulto logre entregar a los niños una verdadera guía para ellos, es necesario que se creen planes de trabajo, basadas en las necesidades reales de los niños, las cuales pueden determinarse gracias a un diagnóstico inicial que el educador o el adulto que va a impartir la instrucción efectúe a los niños en su totalidad y poniendo mayor énfasis en los niños que presenten ciertas dificultades en el área de la iniciación de la lectura y escritura derivada de ciertos problemas de aprendizaje.

Lo primero que el educador entonces debe efectuar, es determinar el umbral mínimo en el que puede empezar la instrucción y además tener en cuenta en umbral superior de cada uno de los niños, de manera que la instrucción no sea lo suficientemente compleja para que éstos logren llegar a reales objetivos que estén a su alcance pero que no sean muy básicos para ellos.

La mediación del adulto es fundamental en este proceso, ya que es quien debe hacer que los niños tomen conciencia de los componentes fonológicos de las palabras, transformen cualitativamente sus estructuras cognitivas del lenguaje oral, y puedan integrar las secuencias de fonemas a las palabras escritas gracias a la asociación de los componentes del lenguaje oral con los del lenguaje escrito.

Siguiendo bajo esta misma mirada la conciencia fonémica es vista como la “capacidad que tiene el sujeto de descubrir en la palabra, una secuencia de fonos o de fonemas, la cuál sería consecuencia de la instrucción formal en lectura en un sistema alfabético” (Bravo, ¿?).

Los resultados de diversas investigaciones dieron como resultado que niños que poseen mayores habilidades para manipular sílabas o fonemas aprende a leer más rápido (Lonigan, Burgess, Anthony , Baker, 1998), es decir, los que niños que poseen una mayor conciencia segmental y sensibilidad a las semejanzas silábicas tienen mayores probabilidades de manejar la lectura y escritura antes que los niños que no poseen o no han adquirido estas habilidades. Siendo fundamental la instrucción sistemática de ciertos ejercicios de reconocimiento de fonemas, omisión de estos, agregar algunos, etc.

Según Sylvia Defior existen 15 procesos para evaluar o mejorar las habilidades fonológicas mediante el entrenamiento. Estas son:

1. Juzgar la duración acústica de las palabras: diferenciar si la pronunciación de una palabra es más larga que otra.

2. Identificar las palabras de una frase: puede ser mediante palmadas, contándolas, etc.

3. Reconocer una unidad de habla (sílaba o fonema) en palabras: señalar la posición de una unidad dentro de una palabra mediante fichas, bloques, etc.

4. Reconocer o producir rimas: se usan pares de palabras buscando que sean de alta frecuencia para los niños y les parezcan familiares.

5. Clasificar palabras por sus unidades (sílabas o fonemas): si dos o más palabras empiezan con el mismo fonema inicial, si comparten algún sonido intermedio, etc.

6. Sintetizar o mezclar unidades (sílabas o fonemas) para formar palabras: deletrear palabras para que el niño las secuencie y asigne significado.

7. Aislar una unidad (sílaba o fonema) de una palabra: consiste en agregar una unidad a la palabra. Por ejemplo si agregamos la p al comienzo de la palabra lata. ¿Qué ocurre?

8. Contar Unidades (sílaba o fonema): por ejemplo: ¿cuántos sonidos escuchas en SOL?

9. Descomponer en unidades (sílaba o fonema): por ejemplo: ¿Qué sonidos escuchas en la palabra baño?

10. Añadir unidades (sílaba o fonema): por ejemplo: ¿Que palabra resultara si le agregamos s a alto?

11. Sustituir una unidad (sílaba o fonema) de una palabra por otra: ejemplo: ¿cómo quedaría la palabra gato si cambiamos las g por la p?

12. Suprimir una unidad (sílaba o fonema) de una palabra: ejemplo: que palabra resultaría si decimos la palabra pato sin la letra p?

13. Especificar que unidad (sílaba o fonema) ha sido suprimida en una palabra: por ejemplo. ¿Qué sonido escuchas en caro que no está en aro?

14. Invertir el orden de las unidades de una palabra: por ejemplo: ¿Qué palabra resultaría si decimos sol al revés?

15. Escritura inventada: que los niños escriban series de palabras, donde relacionen los elementos fónicos con los elementos escritos.

Existen grandes diferencias entre las demandas cognitivas que plantean las diversas tareas fonológicas y por ende en la dificultad que presenta cada una de las antes mencionadas. Por lo que es esencial seguir una secuencia evolutiva clara en que “primero aparecerá la capacidad de manipular las palabras, luego las sílabas y por último los fonemas. (Defior,1996). De esta manera los niños podrán transformar sus habilidades cognitivas en habilidades funcionales cognitivas, las que propiciarán el aprendizaje de la lectura y la escritura.

Bajo mi apreciación personal, considero que como se ha visto en casos comprobados, la instrucción de ciertos componentes fonémicos es una de las predictoras para la enseñanza de la lectura y escritura, es decir, son una base importante para el desarrollo de nuevas y más complejas habilidades.

Bibliografía

Bravo, L. (¿?). La conciencia fonológica como una zona de Desarrollo próximo para el aprendizaje inicial de la lectura. Santiago, Chile.

Defior, S. (1996). una clasificación de las tareas utilizadas en la evaluacion de las habilidades fonológicas y algunas ideas para su mejora. universidad de granada.

Lonigan, Burgess, Anthony , Baker. (1998). development of phonological sensitivity in 2 to 5 year old children. journal of educational psychology , págs. 294-311.

Wertsch. (1988).